domingo, 13 de febrero de 2011

Un Dios salvaje


La obra nos intenta plantear un conflicto a solucionarse que sirve de excusa para conocer a cuatro diferentes personajes interpretados por Gabriel Goity, Fenán Mirás, María Onetto y Florencia Peña. Es una “tragedia cotidiana” contada en tono de grotesco bañándose de violencia y excesivos sucesos desagradables típicos de la temática que le agrada a Javier Daulte, director de la versión de esta multipremiada obra a nivel internacional.

A nuestro modo de ver, se defiende con uñas y dientes desde la escena misma un extenso relato teatral que es insostenible y monótono. Fernán Mirás es uno de los grandes puntos fuertes de la obra que hacen que el público no bostece, entrega una deslumbrante trabajo escénico superior a la propuesta de la dramaturgia planteada por Yasmina Reza. Por otra parte, la escenografía(diseño de Alicia Leloutre) es estratégicamente expresiva y aprovechada al detalle por parte de la dirección.

La estructura de la obra es débil en función de que no hay mayor objetivo que descubrir personajes y situaciones, aún así Peña y Goity se reafirman como comediantes dado a que solo con su presencia y recursos ya utilizados tienen a gran parte del público "en el bolsillo".
Cercano a lo televisivo y con un argumento más propio y acotado como para un sketch esta obra apunta en alzarse con una reflexión profunda cuando en realidad solo con buena predisposición alcanza a entretener.

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